Entradas

Sobre los métodos fáciles y rápidos

Hace poco, mientras escuchaba un video de Hadar English, ella respondió una pregunta sobre cuánto tiempo tenía que estudiar una persona para poder aprender inglés. Su respuesta fue sincera y demoledora: toda una vida.  Toda una vida. Así de simple. Y es que no se puede confiar en el método fácil de tres meses o de dos semanas. El inglés es una torre que se va construyendo ladrillo a ladrillo durante toda una vida. Pensé que las cosas importantes en la vida son así: empresas inalcanzables que, sin embargo, les endosamos todas nuestras energías. Y para acometer una empresa de tales magnitudes lo principal es el amor. Se necesita mucho amor: primero, por la cúspide de la torre, por ese lugar al que se quiere llegar algún día; segundo, por el oficio, amor por pegar cada ladrillo uno tras otro durante toda una vida. Amor por la meta, amor por el camino. Quienes abandonan, simplemente no saben amar. En mi caso, lo vivo con la escritura. Tantos años escribiendo, tantos años de dedicación; sin

El lento olvido de uno mismo

la vida es sólo lo que se hace, no quiero nada con la muerte. Pablo Neruda Se va uno olvidando de aquellas pequeñas cosas. Y en su lugar va llegando lo de siempre, las “cosas importantes”, ese checklist infinito e invisible, que ordena conseguir un trabajo estable, un carro último modelo, estudiar una maestría, casarse, tener hijos, pagar un buen colegio, salir de vacaciones a una playa. Actividades que no necesariamente lo hacen a uno feliz; actividades que olvidan lo importante de la vida. Hace poco mi hermana me dio una lección. Leyó un método para ordenar y dejar ir objetos en la casa. El método consiste en coger cada objeto, tocarlo, cerrar los ojos y pensar por un momento en la sensación que causa. Si produce felicidad, hay que conservarlo, si no, simplemente se deshecha. No utilidad, sino felicidad. Lo esencial es invisible para los ojos. Sí, Principito, y tantas y tantas actividades que van pasando por nuestros ojos en desfile pintoresco, van dejando poco tiempo a la

Reescribiendo la vida

Imagen
“Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto)…” Funes el memorioso, Jorge Luis Borges. Hace poco Alex Girasol cumplió años, así que hubo fiesta en Tierradentro. Entre cervezas, vinos, guaros y el fuego abrazador de la fogata, se dio paso a la poesía. Girasol nos deleitó con sus poemas de doscientos mil pesos. Y sucedió lo que siempre sucede toda vez que el poeta bellanita lee sus textos: toca fibras profundas en el alma, y cada fibra al estremecerse, genera cosquillas y estalla la risa. Se supone que luego yo leería algo mío, pero me excusé diciendo que no llevaba ningún escrito en el momento. Sin embargo, Alex fue hasta su casa por el libro de Los sueños de Luciano Pulgar , donde aparece el ensayo mío titulado  Sobre rayar, ya sea en los libros, en lo etéreo o en la locura . No tenía muchas ganas de leer, pero dado que Alex se había tomado la molestia de traer el libro, accedí. http://pala

El buen partir, el buen morir

De cuando en cuando y a lo lejos hay que darse un baño de tumba Pablo Neruda Amigo mío, los días antes de partir traen los mejores vientos alisios. Ya sea en la vida, ya sea en la empresa. Se trabaja de una manera ligera, alejado del estrés, y disfrutando en cuerpo y alma la labor realizada. Ya no se preocupa uno por las posibles caídas de los días venideros, sino que se vive el presente. Quizás algo similar ocurra con las personas que saben sus días están contados y que la muerte les acecha. Luego del terror inicial, una tranquilidad insospechada los descubre. Se aprende que las preocupaciones y los afanes bien poco valían, y que la única preocupación digna de tener en cuenta era la del vivir, y que eso es lo único que resta por hacer: vivir. Y sabiendo que solo resta vivir, se vive mejor. Quizás esa levedad en el vivir fue la misma que experimentara Kawabata segundos antes del Harakiri; Sócrates, al apurar la cicuta; Alfonsina mientras caminaba hacia su mar; Virgini

Ley de la Alquimia sobre equivalencia de intercambio

“El hombre no puede obtener nada sin antes dar algo a cambio, para crear, algo de igual valor debe perderse.” Full Metal Alchemist Hoy fui a la librería por un regalo para una amiga. Pero es casi norma que cada vez que entro a una librería no puedo resistirme y termino comprando algún libro, que desde su estante me hace ojitos para que lo lleve. Esta vez, me dejé seducir por dos libros en particular. Medellín: Tragedia y resurrección. Mafias, ciudad y Estado. 1975-2013 de Gerard Martin; y  Cultura política y violencia en Colombia de Carlos Mario Perea Restrepo. Cuando iba a pagar, no sé por qué pedí rebaja: quizás para ahorrarme unos pesos, quizás por la numerología, buscando un número con ciertas características. Pedir rebaja es algo que nunca hago. La dueña de la librería no hizo buena cara, miró en su computador y finalmente dijo que sí, y la rebaja fue del diez por ciento, alrededor de tres mil pesos. Cuando uno está expuesto a ciertos contextos, a ciertas circunstancias

Isabel Allende y el destino

Imagen
No creo en el destino. No creo que nuestras páginas estén irremediablemente escritas, y que no podamos cambiar ni una coma, a pesar de que en algún pasaje en particular seamos conscientes de que sería mejor un punto y coma o acaso los dos puntos. No creo en el destino escrito, sin embargo, sí creo que un diálogo franco y abierto entre destino y el ser humano. Verán, el destino es un gran abuelo, por lo general con largas barbas de sabiduría, que a veces tiene cosas para contarnos o aconsejarnos. Gusta de contar historias, enviar mensajes extraviados de texto, equivocar una llamada telefónica. Y así es él, unas veces dice las cosas de una manera escueta, sin pelos en la lengua; otras veces se va por las ramas. Todo eso hace parte del diálogo. Por eso siempre, siempre tenemos que ser buenos oyentes. El destino me habló: hay que leer a Isabel Allende. Tantos y tantos escritores con los que uno se ha encontrado por medio del destino. Tantos nombres por tanto tiempo ocu

No esperes nada de nadie vs La paciencia lo es todo

Como un amargo tatuaje indeleble, así son a veces las huellas que dejan las personas sobre nosotros. Quizás uno se arrepienta de haber creído en alguien, de haber compartido amistad con quien luego clavó la puñalada en la espalda, quizás las experiencias con el otro sean de una verdad catastrófica, pero por sobre todas las cosas hay que seguir creyendo, hay que tener fe. Como le escuché a una instructora de yoga hace poco: el mundo es maravilloso. Que te echaron del trabajo: el mundo es maravilloso. Que te dejó la novia: el mundo es maravilloso. Que se murió un ser querido: el mundo es maravilloso. Y el mundo es maravilloso, porque es una suma de maravillas, una suma de milagro tras milagro que es la vida. Y el mundo está lleno de vidas. Hoy mientras viajaba en metro para mi casa, vi que un hombre tenía tatuado en su antebrazo la frase "No esperes nada de nadie". Las letras eran grandes, tanto que sin estar cerca pude leer perfectamente. Sentí una inmediata tristeza y el p