Futuro de las letras colombianas
Acabo de leer a los grandes escritores de nuestros días. No sé cuántos son; o si es solamente uno, pero múltiple. Todos los fuegos el fuego, como diría Cortázar. Tuve la oportunidad de encontrarme con uno de tales autores en Anzá, un pueblo alejado, casi ubicado en el más allá, de donde provienen las raíces de Zaná. Estaba allí en una noche de semana santa, con mi novia y mi familia tomando unas cervezas, cuando me pareció ver a A., sin embargo no estaba seguro, no imaginaba encontrar a nadie de filología en mi pueblo; así que me acerqué y no sin sorpresa comprobé que se trataba de A. Intercambiamos correos, intercambiamos recortes de vida por unos cuantos minutos, y como fruto de ese intercambio escribo estas líneas, con gran alegría, al saber que las letras colombianas están en buenas manos. Hay un talento venidero, que está entre nosotros. Quiero compartir esa alegría con los lectores de este blog. No soy dado a los elogios; a veces pienso que quizás puedan estropear, pero también