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Mostrando las entradas de octubre, 2010

El bibliotecólogo, el más loco del paseo

La biblioteca se defiende sola, insondable como la verdad que en ella habita, engañosa como la mentira que custodia. «El nombre de la rosa» Umberto Eco La biblioteca es la casa de la locura. Allí están encerrados locos geniales y locos agresivos, locos de atar y locos moderados. El bibliotecólogo es el encargado de velar por ese manicomio. Cada loco tiene su celda; es tarea entonces del él revisar que todos estén en sus lugares respectivos. Esto lo hace en el día, porque por la noche deja el manicomio, le echa llave, y sale a un lugar más amplio, no tan loco, pero sí más hostil. Los locos del manicomio conocen tan bien el lugar y las celdas, que por la noche salen y hacen fiesta. A veces, en la mañana, antes de que el bibliotecólogo llegue, regresan a las celdas; otras veces, son sorprendidos en una orgía perpetua. El bibliotecólogo se pone furioso, pero son locos al fin y al cabo, qué le va a hacer. El bibliotecólogo cree que él está cuerdo, pero en realidad es el más loco del paseo.

Farewell y los sollozos (De la educación)

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy. Pablo Neruda A veces me canso de la educación formal, y de la forma en que se imparte en la mayoría de lugares. A veces me pregunto si de verdad vale la pena, si realmente aporta. En general, no estoy de acuerdo con el devenir de las horas en el salón de clases. ¿Qué tanto se aprende allí, qué tanto se aprende en la cafetería, qué tanto se aprende encerrado en una habitación? Tal vez, ha llegado el tiempo de que me aleje, y sea más consecuente con mi pensamiento. Se sabe tan poco de la vida, hay tantas preguntas por aquí y por allá. Pero es raro, uno no se conforma con observarlas y ya. ¿Qué lo moverá a uno a querer responder esos interrogantes que se pasean por el mundo? ¿Qué lo llevará a uno a encerrarse en un uno mismo por un tiempo, y tratar de forjar la palabra para escudriñar con ella como en una mina oscura? ¿Por qué uno se sentará horas y horas a preguntarse cosas, a preguntarse p

Elogio a la mandarina

Perdido en un edén de frutas, la mandarina brilla más que ninguna. Si la manzana era la fruta de la ciencia del bien y del mal, entonces qué papel le correspondería a la mandarina. Ella es como ninguna. Es un ideal. Representa la fragmentación del ser. Las partes y el todo, la teoría de los sistemas. Por su color naranja y su forma se parece mucho a la naranja. Aunque tienen diferencias insalvables. La naranja secretamente quiere ser mandarina, muere de envidia: es una verdad tan simple. Cuando era niño, y me daban una fruta de color naranja, inmediatamente me alegraba pensando en una mandarina. Cuando la cogía, y trataba de destaparla, encontraba dificultades; entonces imaginaba que la había agarrado al revés, así que la giraba e intentaba otra vez. Cuando daba una vuelta completa, viéndola desde todos los ángulos y no la había logrado abrir; con profunda tristeza comprendía que era una naranja. Cuando me dan una mandarina, una sonrisa ilumina mi rostro. Cuando es una naranja, me emba

Woman, why are you weeping?

Llorarlo todo, pero llorarlo bien Oliveiro Girondo Hace poco leí en un blog una referencia a aquella pregunta que le dirige Jesús a María Magdalena, luego de la resurrección, cuando ella encuentra su tumba vacía: “Mujer, ¿por qué lloras?" El pasaje ya lo conocía, pero justo en ese momento lo vi de una manera clara, fue una revelación. Sucede con frecuencia, nos acostumbramos tanto a nuestras cotidianidades que ya no necesitamos de instrucciones para subir una escalera, ya no tenemos que pensar para tomar el camino que nos llevará a Mandala (bar); andamos como autómatas en la calle. Sin embargo, llega el día en que nos tropezamos subiendo una escalera; llega el día en que habiendo salido para el bar, llegamos a un parque y nos preguntamos para dónde es que iba yo . Llega el día en que nos levantamos con una pasión muerta, o deseando que por fin los sapos bailen flamenco. Pasa. Pasa tantas veces. Un día alguien se despierta despreciando a Gabo, y a la noche llora conmovida por el fu