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Mostrando las entradas de diciembre, 2011

Mariposas más allá del estómago

Se dice que el estómago es el lugar favorito de las mariposas. Se dice que ellas nacen cada vez que uno mira a la mujer amada; y que cuando ella se aleja, una tragedia de mariposas sucede en nuestro interior. Es posible que haya mariposas mientras uno atiende a clase, dialoga en una reunión laboral o se detiene en una fila del supermercado. Las mariposas son así y nuestros estómagos son un mariposario. Hay alas cuando se vislumbra al ser amado, hay alegría cuando se presiente su respiración… Hay mariposas. Y entonces sucede que vuelan mariposas, en un lugar oscuro, ignorantes del mundo exterior. Y uno se pregunta qué pasará en el estómago de ella. Qué animal volará. O habrá solo un gran eco de silencios: todo sucede en su interior. Y si las mariposas no se quedaran en el estómago… Mauricio Babilonia en Cien años de soledad destapaba sus mariposas y eran amarillas. En cada lugar por donde pasaba, un reguero de mariposas dejaba su estela. Si fuéramos suficientemente francos, e

Significado amoroso de los cepillos de dientes

García Márquez escribió en El a mor en los tiempos del cólera : “El corazón tiene más cuartos que un hotel de putas”. También se podría decir que el corazón es como una estrella de mar, o que es como un átomo o que tiene más divisiones que la Aritmética de Baldor. De cada cosa que exista bajo el sol, se pueden decir cosas completamente opuestas y a la vez ciertas. A mi parecer, el corazón sí es divisible, y prueba de ello son los cepillos de dientes. Nunca tengo el deseo de hablar de verdades eternas, pero sí de imágenes sinceras: el corazón se divide entre el número de cepillos de dientes que tengamos. Uno va recorriendo el mundo, va amando y va dejando cepillos dispersados. Donde haya uno, allí habrá un pedazo de corazón. Tener un cepillo de dientes en un lugar significa tener acceso frecuente, significa que en aquel lugar habrá seres con los cuales se compartirá la comida o la “comida”. Si el cepillo de dientes está en un lugar que se frecuenta poco, entonces es porque algun

Cuidado con las mujeres

Aún no llovía. Esperaba circular Coonatra bajo el puente de punto cero; ya comenzaba a anochecer. Se me acercó un señor indigente y me dijo buenas noches. Buenas noches, le contesté. Me pidió una moneda para un pan, y yo se la di. De cuánto era la moneda no interesa a este relato. Él comenzó a injuriar a quien iba adelante. “Yo soy un hombre bueno”, me dijo. “Pero ese man que va allá adelante, es a los que los cascan cuando los van a atracar. Sé que soy indigente, pero soy paisa y los paisas son muy educados. Me acerqué y le dije buenas noches, y el canalla ese ni se dignó a mirarme, entonces le dije buenas noches malparido hijueputa, a ver si así entendía, pero aligeró el paso. Hay que ser educado joven, siempre; en estos momentos vivo en la calle, me va mal, pero todo el mundo merece respeto. “ Le pregunté cuánto llevaba en la calle y me dijo que tres años. Era egresado del Sena y del ITM, había estado en X. proyecto. El hombre me cayó bien. Seguidamente le pregunté cómo había id