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Mostrando las entradas de noviembre, 2011

Desequilibrio emocional

De repente pienso en todos los libros que he leído: Guerra y paz , Lo bello y lo triste , El castillo, Crimen y castigo, Cien años de soledad, El hostigante verano de los dioses, La casa de las dos palmas … De repente pienso en todos los libros que he leído y en los pocos árboles que he sembrado. Y es así que me invade un desequilibrio emocional. Cuando era niño el número de árboles que sembraba era mayor al número de libros que leía. Vivía en las llanuras del Urabá antioqueño. En el alambrado que encerraba la casa, sembraba con mi mamá un árbol en cada uno de los postes. Recuerdo mis descubrimientos iniciales sobre la vida vegetal. A partir de un pequeño brazo de una mata, nacía otra mata hija. En esos días apenas recuerdo un ejemplar de El Moro en la casa, que comencé a leer porque en la portada había dibujado un caballo. Fue mi primer libro. Todo estaba bien, leer y sembrar. Pero fui creciendo y un desequilibrio emocional se fue afianzando en mí. La vida es así, uno va cr

La tuerca número quince de la máquina número catorce

Imaginemos un bibliotecario que solo sepa catalogar un libro; un amante que solo ame en misión; un idioma de una sola palabra. El bibliotecario tendría entre sus manos La montaña mágica y sabría ubicarla en los estantes; pero si por casualidad llegara a él La muerte en Venecia no sabría qué hacer con ese libro, ni siquiera leerlo. Algo similar he visto en mi vida: la división social del trabajo me zambulle cada vez más en las profundidades. A veces me siento como aquel mecánico que solo sabe reparar la tuerca número quince de la máquina número catorce. Seguro, la destreza alcanzada en esa tuerca es superior a cualquier otra persona, luego de hacer lo mismo día tras día; pero qué pasaría si ese trabajo se acabara; a dónde más encontraría otra tuerca como esa. Qué pasa si esa máquina la descontinúan: estaría como al principio, sin saber un oficio. Yo apenas trabajo en uno de los lenguajes de la programación; y desconozco muchos de los demás oficios, sin hablar de las artes. Hace poco h