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Mostrando las entradas de mayo, 2013

Diario de viaje – Día 7 – Un sueño chileno

Nos despertamos tarde. Un poco cansados. Sin ganas de hacer muchas cosas. Hacer pereza como cualquier chileno un día normal. Y es que cuando se viaja, siempre se tienen en mente lugares nuevos por conocer. Es usual llevar una libreta con una lista de sitios, que se van chuleando mientras el viaje va llegando a su fin. Pero también hace falta la tranquilidad en el viaje, no tener preocupaciones; pues el prurito de conocer se puede transformar en una preocupación, si el cuerpo pide descanso. Preocupándose por lo que sucede en la vigilia, uno a veces se olvida del mágico mundo de los sueños. Quizás los sueños chilenos traigan algo nuevo y diferente que los sueños colombianos; ya sea en su forma, aspecto, narrativa, locura. Ese día, sin embargo, no soñé. Apenas desperté le eché una ojeada a la biblioteca de Delia, me puse a leer algunas páginas de Kafka. Seguramente nunca conoceré el lugar de nacimiento de ese escritor, pero bien podía probar a qué sabía su lectura en la tierra de N

De los viajes y la casa

El que tenga una canción tendrá tormenta El que tenga compañía, soledad. El que siga un buen camino tendrá sillas Peligrosas que lo inviten a parar. Silvio Rodríguez Siempre, siempre tantos sentimientos opuestos en lo profundo; tanta ambivalencia respirando en la superficie. Un ser diurno que duerme con uno nocturno. En términos generales el dilema es único, ser o no ser; especificando, el dilema es múltiple (Michel Tournier selecciona 100, solo por redondear): ser noche o día, ser odio o amor, ser gato o perro, ser agua o vino. ¿Ser casa o equipaje? Desde hace no poco tiempo tengo ese dilema, viajar o no viajar. Quizás en el fondo no hay dilema, uno es de un tipo, pero se enamora del tipo opuesto. Así por ejemplo, considero que soy del tipo de estar en casa, sin embargo, me enamoran los viajes. Uno es algo y se enamora de otra cosa, como anhelando esa mitad perdida que lo haga uno con el universo. Me recuerdo de niño, en la finca de Los Cedros, viviendo con mis papá