Isabel Allende y el destino
No creo en el destino. No creo que nuestras páginas estén irremediablemente escritas, y que no podamos cambiar ni una coma, a pesar de que en algún pasaje en particular seamos conscientes de que sería mejor un punto y coma o acaso los dos puntos. No creo en el destino escrito, sin embargo, sí creo que un diálogo franco y abierto entre destino y el ser humano. Verán, el destino es un gran abuelo, por lo general con largas barbas de sabiduría, que a veces tiene cosas para contarnos o aconsejarnos. Gusta de contar historias, enviar mensajes extraviados de texto, equivocar una llamada telefónica. Y así es él, unas veces dice las cosas de una manera escueta, sin pelos en la lengua; otras veces se va por las ramas. Todo eso hace parte del diálogo. Por eso siempre, siempre tenemos que ser buenos oyentes. El destino me habló: hay que leer a Isabel Allende. Tantos y tantos escritores con los que uno se ha encontrado por medio del destino. Tantos nombres por tanto tiempo ocu