El bibliotecólogo, el más loco del paseo
La biblioteca se defiende sola, insondable como la verdad que en ella habita, engañosa como la mentira que custodia. «El nombre de la rosa» Umberto Eco La biblioteca es la casa de la locura. Allí están encerrados locos geniales y locos agresivos, locos de atar y locos moderados. El bibliotecólogo es el encargado de velar por ese manicomio. Cada loco tiene su celda; es tarea entonces del él revisar que todos estén en sus lugares respectivos. Esto lo hace en el día, porque por la noche deja el manicomio, le echa llave, y sale a un lugar más amplio, no tan loco, pero sí más hostil. Los locos del manicomio conocen tan bien el lugar y las celdas, que por la noche salen y hacen fiesta. A veces, en la mañana, antes de que el bibliotecólogo llegue, regresan a las celdas; otras veces, son sorprendidos en una orgía perpetua. El bibliotecólogo se pone furioso, pero son locos al fin y al cabo, qué le va a hacer. El bibliotecólogo cree que él está cuerdo, pero en realidad es el más loco del paseo.