Virtualidad

Como estar y no estar. Como proyectarse desde otra distancia. Como intentar ser Dios y estar en varias partes. Como las sombras de la caverna de Platón. Desde la antigüedad, desde que el mundo es mundo, desde las pinturas en las cavernas, la virtualidad ha estado presente.

La virtualidad no es un concepto nuevo, aunque se ha popularizado mucho en esta época tecnológica. Así por ejemplo, Levy Pierre dice: “Lo virtual tiende a actualizarse, aunque no se concretiza de un modo efectivo o formal. El árbol está virtualmente presente en la semilla. Con todo rigor filosófico, lo virtual no se opone a lo real sino a lo actual: virtualidad y actualidad sólo son dos maneras de ser diferentes.”

El mundo avanza, el mundo sigue andando. De la piedra y el palo, al cuchillo y a la lanza, la pólvora. La aparición de una máquina de calcular, las ideas de Charles Babbage sobre la computación, todos son pasos para ampliar el concepto de la virtualidad.

Charles Babagge pensó una máquina que hiciera cálculos automáticamente, y de esta forma eliminar los errores humanos, debidos a la fatiga, al aburrimiento, a los asares del ser de las personas encargadas de compilar las tablas matemáticas de la época. Bagagge nació en 1791 y murió en 1871.

En el año de 1936 Alan Turing describe la máquina de Turing, la cual formaliza el concepto de algoritmo.

En agosto de 1981 hay una gran revolución, aparece en el mercado el IBM PC.

En los años noventa apareció la World Wide Web (WWW), dando origen al hipertexto, que juega un papel importantísimo en la virtualidad. Levy Pierre lo define como: “Un hipertexto es una matriz de textos potenciales, de los cuales sólo algunos se realizarán como resultado de la interacción con un usuario”.

La virtualidad llegó, y nos obliga a preguntarnos por la realidad, nos obliga a repensar el mundo, a comprenderlo mejor.

El futuro nos habita todos los días, es tan rápido que es como si se ya estuviera entre nosotros, es un fluir de devaneos, un fluir de imaginación e inteligencia.

Felipo Zaná

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