Amable lector, ¿eres de las personas que gusta de rayar los libros? ¿O por el contrario piensas que es un crimen? Hablaré un poco sobre esa espinosa cuestión. Déjenme que les cuente una historia. Tenía tres candidatos para mi próxima lectura. Los había prestado esta semana en la biblioteca. Se trataban de “La monja alférez” de Thomas de Quincey, “La charca del diablo”, de George Sand y “Los himnos a la noche / Enrique de Ofterdingen” de Novalis. Antes de leer un libro me gusta mirarlos al derecho y al revés. Miro el número de páginas, el tamaño de la letra, hojeo brevemente la calidad del prólogo, y leo la primera línea, a veces también la última. En “La charca del diablo”, me encontré en la última hoja con el siguiente comentario que alguien había escrito allí con letra verde: “Esto, infortunado lector, no es una novela… es un cuento larguísimo… y de los peores. El costumbrismo francés es mucho más depurado”. Bendije a la persona que escribió eso allí. Sentí que no había necesidad ...
De cuando en cuando y a lo lejos hay que darse un baño de tumba Pablo Neruda Amigo mío, los días antes de partir traen los mejores vientos alisios. Ya sea en la vida, ya sea en la empresa. Se trabaja de una manera ligera, alejado del estrés, y disfrutando en cuerpo y alma la labor realizada. Ya no se preocupa uno por las posibles caídas de los días venideros, sino que se vive el presente. Quizás algo similar ocurra con las personas que saben sus días están contados y que la muerte les acecha. Luego del terror inicial, una tranquilidad insospechada los descubre. Se aprende que las preocupaciones y los afanes bien poco valían, y que la única preocupación digna de tener en cuenta era la del vivir, y que eso es lo único que resta por hacer: vivir. Y sabiendo que solo resta vivir, se vive mejor. Quizás esa levedad en el vivir fue la misma que experimentara Kawabata segundos antes del Harakiri; Sócrates, al apurar la cicuta; Alfonsina mientras caminaba hacia su mar; Virgini...
“El hombre no puede obtener nada sin antes dar algo a cambio, para crear, algo de igual valor debe perderse.” Full Metal Alchemist Hoy fui a la librería por un regalo para una amiga. Pero es casi norma que cada vez que entro a una librería no puedo resistirme y termino comprando algún libro, que desde su estante me hace ojitos para que lo lleve. Esta vez, me dejé seducir por dos libros en particular. Medellín: Tragedia y resurrección. Mafias, ciudad y Estado. 1975-2013 de Gerard Martin; y Cultura política y violencia en Colombia de Carlos Mario Perea Restrepo. Cuando iba a pagar, no sé por qué pedí rebaja: quizás para ahorrarme unos pesos, quizás por la numerología, buscando un número con ciertas características. Pedir rebaja es algo que nunca hago. La dueña de la librería no hizo buena cara, miró en su computador y finalmente dijo que sí, y la rebaja fue del diez por ciento, alrededor de tres mil pesos. Cuando uno está expuesto a ciertos contextos, a ciertas circunstan...
Comentarios